Es extraño. A veces me dedico a observarlo todo como desde la recámara, para que no se me vea. Espío por una pequeña mirilla, desde la que parece que no puedes ver mucho, pero en realidad lo ves todo. Es extraño... porque me resulta difícil averiguar de qué va esto. Observo, observo, y por más que observo por la pequeña mirilla, no consigo entendernos. Veo miles de personas con sonrisas en sus caras, o quizás sonrisas tristes, pero sonrisas al fin y al cabo... Las miro con detenimiento. Sonrisa. Analiza lo que es una sonrisa; ¿no es lo más maravilloso del mundo? Cuando reímos activamos 430 músculos en nuestro cuerpo, y 15 de nuestra cara se contraen.
Con lo fácil que es sacar una, pero a veces cuanto cuesta...
Hoy, sonreiré si hace falta, aunque no tenga ganas... seguro que a quien me mire le sentará mejor que ver mi cara triste. Con lo fácil que es sonreír, hacerme reír, y cómo todos logran hacer que no tenga ganas de hacerlo. A veces... A veces me da la sensación de que eso de importarle a la gente, a tus amigos por ejemplo, es solo un cuento... y que en verdad, no hay nadie dándote la mano. ¿Será verdad? ¿Estaremos tan solos como creo? ¿Por qué es tan difícil simplemente hacerme sonreír...? Tendría la sensación de que se trata de un intento de sabotaje contra mí (o mi felicidad), pero no creo que le importe tanto a alguien como para intentar sabotearme...
Así pues, ¿hay alguien ahí? Alguien que.... no sé, que le importe si lloras o si ríes... que no te cambie a la primera de cambio y que no te haga elegir, que no te hunda en la miseria y que no te haga sentir como lo peor.
¿En qué clase de mundo vivimos, que nos hundimos los unos a los otros?
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